Bodegas de la DO Ribera del Duero

Monday, January 10, 2011

Análisis chileno
Medio de Chile compara a Australia y Argentina 


El diario La Tercera - en su sección Negocios -publicó ayer 9 de enero un artículo con el título: "Los riesgos del modelo australiano de vinos que hoy sigue Argentina". En el copete sostiene que "Apostar por una sola cepa y por un mercado en particular, EEUU, le abrió el camino a Australia a un boom  que hoy está en retirada. Argentina sigue sus pasos, y las viñas chilenas, que han optado por otra vía, advierten que la fórmula tiene riesgos". El texto completo es el siguiente: 

La noticia de que Argentina desplazó a Chile en el mercado vitivinícola de EE.UU. generó cierta preocupación en la industria local. Sin embargo, operadores locales también ven que la apuesta del vecino país tiene una cuota de riesgo, por las similitudes con el modelo que implementó Australia en la década pasada. Una estrategia construida sobre la base de dos ideas centrales: posicionar un tipo de vino, en un mercado principal. El caballito de batalla de Argentina fue el malbec; el de Australia, el syrah. El destino común: EE.UU.    
El tema es que Australia, que irrumpió en los años 90 con su famoso Yellow Tail, está saliendo del boom. Y en un contexto en que los consumidores no siempre son fieles y la competencia mundial crece fuertemente, igual suerte podría correr Argentina.  "Nunca es recomendable poner los huevos en la misma canasta, porque te hace tremendamente dependiente",  advierte el empresario Juan Sutil, presidente de Viña Sutil.
¿Y Chile? Es un caso muy distinto, coinciden operadores, entre otras cosas, por la diversificación de su oferta. "Tenemos grandes oportunidades de más largo plazo, con más diversidad de productos y presencia en 150 mercados", apunta René Merino, presidente de Vinos de Chile. A eso se unen la diversidad de valles y de climas en el país, comenta Christian Wylie, gerente comercial de Viña Santa Carolina. "Chile seguirá creciendo en volumen, porque tiene buenos exponentes en syrah, sauvignon blanc y carménère. El desafío está en abrir nuevos mercados con posibilidades de expansión futura, como China o el Sudeste Asiático, y en lograr mejores precios", sostiene el ejecutivo.  
A noviembre, el valor promedio de una caja de nueve litros de mostos chilenos era de US$ 26,6, versus los US$ 27,8 de los argentinos y lejos todavía de los US$ 40 de los vinos australianos. En ese contexto, Merino añade otra tarea: potenciar la imagen internacional de la industria. También innovar es un imperativo, agrega Sutil, considerando que EEUU, por ejemplo, ha pasado por varias modas: chardonnay, sauvignon blanc, syrah y ahora malbec de Argentina.   
Hegemonía australiana 
De la mano del syrah, Australia hoy es el cuarto exportador de vino del mundo, luego de Francia, Italia y España, y vende al exterior más de dos tercios de lo que produce (entre 1980 y 1984 era el 2%).  
Para posicionarse, a fines de la década de los 90 desarrolló una estrategia centrada fundamentalmente en EEUU. En ese entonces, su principal destino era Reino Unido, que representaba el 20% de sus exportaciones. 
 La apuesta, sumada a una imagen país muy potente, dio resultados. Tal fue el éxito, que hasta hoy syrah es sinónimo de Australia. El boom de esta cepa -que ocupa 44 mil hectáreas de plantaciones en el país oceánico; vale decir, el 44% de sus viñedos tintos- ocurrió entre 2003 y 2007. En ese período, los vinos australianos causaron furor en el mercado estadounidense. De los 10 mejores vinos vendidos en aquel país, siete eran de sus tierras. Eso les dio el pase para rebautizar la cepa. "Fue en Australia que el nombre shiraz fue acuñado a la variedad que se conocía como syrah", comenta Sutil.   
El emblema fue la marca Yellow Tail, elaborado por la bodega Casella Wines, muy fácil de reconocer por el canguro que presenta en su etiqueta. "En dos años se convirtió en número uno en EEUU", afirma Merino.  Su fórmula: vinos ultra potentes, que a partir de los años 90 llamaron inicialmente la atención de los consumidores ingleses, acostumbrados a vinos más delicados. El problema para los australianos, en los últimos años, es que el público comenzó a fatigarse de esos vinos que, por su potencia, no permiten tomar una botella entera y disputan protagonismo a la comida, señalan en la industria chilena. "La sensación en el mercado es que la hegemonía del syrah australiano está menguando", indica Sutil.  
Lo anterior produjo dos efectos. "Inicialmente, los vinos australianos entraron al mercado americano más caros que los chilenos, pero tuvieron que ajustarse a la baja", dice. El segundo impacto fue la merma en las exportaciones. En 2009, Australia exportó US$ 1.900 millones, 20% a EEUU y 22% a Reino Unido. Pero esa cifra está lejos de los US$ 2.536 millones de 2007.     
En todo caso, Argentina tiene una ventaja sobre Australia, aseguran en el mercado. "Tiene detrás de sus malbec una buena cantidad de productos de muy buen nivel y su estrategia debería tender hacia una mayor diversificación. Tiene buen cabernet, chardonnay y syrah, diversidad de climas y regiones que es lo que no tiene Australia. Argentina tiene otros productos, aparte del malbec, que puede exportar competitivamente", señala Merino.   
Por lo mismo, Wylie cree que la moda de Argentina puede ser más permanente que la australiana. "El riesgo es que puede transformarse en algo más duradero. Argentina será un player importante en el mundo de la industria del vino, no hay ninguna razón para que no lo sea", asegura.



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