Bodegas de la DO Ribera del Duero

Sunday, August 01, 2010


Moda
Outox, ¿la bebida que quita el efecto del alcohol en la sangre es un fraude?

El Outox es una bebida refrescante que se introdujo en Francia con una promesa: tomarla después de una ingesta de alcohol liberaba al penitente no sólo de los efectos del mismo, sino también de los rastros que éste dejara en la sangre. Vale decir: una oferta a propósito para desentenderse de los efectos de una borrachera y la acción del alcoholímetro. Su presentación originó un boom de ventas que, por las virtudes que la promocionaban, desbordó al compás del interés de los bebedores.

Sin embargo, surgen ahora muchas dudas sobre la veracidad de los efectos de esta gaseosa que se vende también por internet.

El diario El País de España, en una nota del día de la fecha titulada "¿Bebida antiborrachera o timo?" , expresa abiertamente sus dudas sobre la efectividad de las virtudes que vende el Outox. "Outox está compuesto de vitamina C, fructuosa, acidulantes, ácido málico, antioxidantes y colorantes, combinación que, según sus fabricantes, logra rebajar la borrachera". Sin embargo cuestiona: "Los expertos lo dudan: el refresco ni siquiera lleva un ápice de vitamina B12, sustancia que se usa para contrarrestar los efectos de un coma etílico. "Si lo que dicen fuera cierto, la bebida sería un éxito", bromea el físico del CSIC Pere Puigdomenech, que cree que los beneficios que vende Outox han de ser examinados "con detalle".

La campaña del Outox fué inteligentemente desplegada en notas de prensa que fueron reproducidas por medios de distintas características en todo el mundo. Una ingeniosa redacción despertaba el interés de un público básico, interesado en disimular los efectos del alcoho al que se exponía frecuenemente y, el segmento de jóvenes afecto al "botellón", fué sin duda el objetivo primario:

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¿Te imaginas cómo sería tu vida si existiera una bebida que te permita disfrutar con tus amigos y, al mismo tiempo, reducir tus niveles de alcohol? Una bebida francesa de ensueño llamada Outox, la cual se vende desde el pasado viernes en Francia, viene a entusiasmar a los consumidores con su habilidad para disminuir la tasa de alcohol en la sangre según sus promotores. Sin embargo, el líquido está levantando temores entre responsables de la lucha contra el alcoholismo pues temen que incite a los jóvenes a beber más, a medida que crece su excitación por probar el nuevo producto", deslizaba ante un público proclive a aferrarse de esta promesa.

Los españoles abren el paraguas: "Lo que promete este refresco es serio. Mucho más que las ya míticas pulseritas holográficas que se han demostrado ineficaces para mejorar la salud. El tema ha despertado un gran debate en Francia. Allí, las asociaciones de consumidores han alertado del riesgo de que los jóvenes incrementen su consumo de alcohol pensando que esa bebida les quitará luego la borrachera. La cosa ha llegado hasta el punto de que la dirección general de la Concurrencia, el Consumo y la Represión del Fraude gala ha llamado la atención a Outox International para que no publicite las bondades que promete en el envase de su refresco".

Pareciera sin embargo que introducir este producto es bastante fácil: "Para vender una bebida como esta en España solo hace falta autorización a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan). Si no contiene ningún aditivo que no esté ya en el mercado español, el trámite es sencillo. La Aesan no se mete en cuestiones de publicidad. Eso es terreno del Comité Europeo de Seguridad Alimentaria (Efsa), que revisa los datos científicos de cualquier anuncio de un alimento que se atribuya beneficios para la salud. Allí no han recibido ninguna solicitud para evaluar las alegaciones que hace Outox, pero tienen en marcha una investigación sobre la fructosa (ingrediente base de ese refresco) y sus posibles efectos sobre la absorción del alcohol".

El debate recién empieza. Lo que es inconcebible es que en países tan adelantados, sólo una promesa publicitaria les abra las puertas de un segmento consumidor ávido de mantenerse en la transgresión del consumo de alcohol.

Si las prevenciones se justificaran, el precio podría ser la salud... o la vida.

1 de agosto 2010


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